Sobre el rio Ibor hallamos el Puente de las Veredas, construcción de los siglos XIV al XV, cuya importancia reside en que se encuentra en el trazado de una cañada real. Su arquitectura simple nos da una idea del fin utilitarista con el que se concibió, pues su cometido original era el de servir como lugar de paso para el ganado que se desplazaba con la transhumancia. A sus pies, se puede ver el molino que se edificó para, aprovechando las corrientes del rio, moler el grano que hasta él transportaban las caballerías. Aunque la factura del molino actual data del siglo XX, este se edificó sobre otro de épocas pretéritas.